
La juventud constituye el colectivo más
afectado por el COVID-10 a nivel social y económico: la pandemia destruye
sus empleos, limita su educación y formación, y obstaculiza su camino para entrar en el mercado laboral o cambiar de empleo, asegura la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su
estudio Observatorio de la OIT: La COVID-19 y el mundo del trabajo.
El desempleo juvenil ya era el más alto en 2019 a nivel mundial, con uno de cada
cinco jóvenes sin trabajo ni educación. Actualmente está situación se ha agravado, ya que más de uno de cada seis ha dejado de trabajar desde
el comienzo de la crisis sanitaria, mientras que quienes siguen empleados han visto reducir sus horas
de trabajo en un 23%, indica la OIT en su informe, que ya va por la cuarta
edición.
"La crisis de la COVID-19 está afectando al empleo de los jóvenes – en particular a
las mujeres – con mayor gravedad y rapidez que a cualquier otro grupo", afirma Guy Ryder, director general de la OIT, en un comunicado sobre su estudio, que ha dado a conocer
recientemente.
Por otra parte, casi la mitad del alumnado ha manifestado que
posiblemente concluirá sus estudios con retraso por la pandemia y el
10% prevé que no podrán finalizarlos. A nivel emocional, también se han visto afectados, dado que más de la mitad de los y las jóvenes señala que ha
sufrido episodios de ansiedad y depresión desde que comenzó la crisis
sanitaria.
Educación y sanidad, los sectores con menos riesgo de desempleo juvenil
Los datos de la OIT indican también que más del 45% de los empleados y empleadas jóvenes a
nivel mundial trabajaban en los sectores que más han padecido al surgir
la crisis del coronavirus: comercio al por menor, fabricación, inmobiliario, turismo y restauración, entre otros.
En la siguiente tabla se pueden apreciar los sectores con menos y más riesgo de desempleo juvenil
por el COVID-19 a nivel mundial, de acuerdo con datos de la OIT. En esta se
puede apreciar que donde puede haber más oportunidades laborales a los y las jóvenes son la educación, las actividades sanitarias y trabajo
social, la administración pública y defensa, así como los servicios públicos, que además son ámbitos en los que se ha registrado menos presencia de trabajadores y
trabajadoras jóvenes antes de la pandemia.
Imagen: Organización Internacional del Trabajo (OIT) Observatorio de la OIT: La COVID-19 y el mundo del trabajo. 4ª edición.
En España, los sectores logístico y de telecomunicaciones cobran fuerza
En el caso de España, las personas trabajadoras más afectadas por la pandemia son las mujeres, los
jóvenes y los colectivos con menos formación, escasa experiencia y contratos temporales, ya que son
mayoría en los sectores más perjudicados por la crisis del COVID-19: el turismo, la hostelería, el ocio y el comercio, apunta por su parte el informe Transferibilidad de habilidades de los trabajadores en los sectores
potencialmente afectados tras el COVID-19, elaborado por el Banco de España.
Los sectores económicos relacionados con los ámbitos turístico, comercial y de la restauración concentran un 19,6% del total del empleo en España, mientras que las ramas relativas a la distribución, la logística, y la información y la comunicación, cuya demanda se ve menos afectada o
incluso podría haber aumentado durante el periodo de confinamiento, representan un 7,4% del empleo total, según la entidad española.
El Banco de España también asegura que las ramas que ganarán más empleo a raíz del COVID-19 incluyen los servicios imprescindibles que posibilitan y agilizan la venta de bienes por internet, así como los relacionados con
el mayor consumo de ocio doméstico.
En concreto, se generará más empleo en actividades como el transporte terrestre y marítimo de
mercancías, servicios logísticos, la creación y difusión de productos cinematográficos y programas de televisión, las telecomunicaciones, y la creación de productos editoriales, entre
otras.
Propuestas para afrontar el desempleo juvenil ante el COVID-19
El Observatorio de la OIT aboga por establecer medidas inmediatas que apoyen su estrategia de cuatro pilares: estimular la economía y el empleo; apoyar a las empresas, los empleos y los ingresos;
proteger a los trabajadores en el lugar de trabajo; y buscar soluciones mediante el diálogo social. Estas son:
Imagen: OIT
Además, tanto este organismo como el Banco de España aportan las
siguientes propuestas para
frenar el desempleo juvenil a causa del COVID-19.
1. Formar a los jóvenes en competencias que faciliten su tránsito a nuevos tipos de trabajos
Ante esta situación que limita el bienestar económico y social de las personas de
entre 15 y 24 años, tanto la OIT como el Banco de España coinciden en que es necesario apoyar la formación de los potenciales desempleados
de los sectores más perjudicados por la pandemia para que
adquieran competencias y
habilidades que les faciliten el tránsito hacia nuevos tipos de trabajos en otras ramas menos afectadas por la crisis.
Por ejemplo, los sectores que podrían ganar peso a raíz de la pandemia, como el
logístico o las telecomunicaciones, demandan más competencias asociadas a las tecnologías de la
información y las comunicaciones, la escritura, la lectura y las habilidades numéricas.
2. Impulsar los planes de garantía juvenil
La OIT también recomienda a la Comisión parlamentaria para la reconstrucción
económica y social de España que contemple un plan especial de garantía juvenil para que a la población joven sin trabajo y sin estudios se le ofrezca un empleo o una
propuesta formativa que le permita volver o introducirse en el mercado laboral.
3. Aplicar políticas macroeconómicas para apoyar el empleo juvenil
El Observatorio de la OIT hace un llamamiento a nivel mundial para que los
gobiernos establezcan políticas urgentes, concretas y a gran escala
dirigidas a apoyar el trabajo de los y las jóvenes.
Asimismo, el organismo advierte que la crisis tendrá consecuencias a largo plazo, a
menos que se realicen las intervenciones pertinentes en el plano
normativo para mejorar la situación de los y las jóvenes en el mercado
laboral, en particular los más vulnerables.
4. Más orientación profesional individualizada en los servicios públicos de empleo
La orientación laboral individualizada es clave para ayudar a frenar el desempleo juvenil, según
el estudio del Banco de España. Es por ello que propone reforzar el servicio público de
empleo e implantar la orientación laboral individualizada como política activa, así como favorecer la asistencia en la búsqueda activa de empleo de los y las jóvenes y, en caso de ser necesario,
en la formación especializada.
5. Invertir en pruebas de detección y rastreo de contactos de contagios de COVID-19
La OIT apunta también que es necesario crear un ambiente seguro para regresar al
trabajo, por lo que la proliferación de las pruebas y la trazabilidad (PT)
de los contagios del COVID-19 podrían ayudar a frenar el desempleo, especialmente el juvenil. "En los países con un sistema sólido de PT, la disminución media de las horas de trabajo
es inferior en un 50% en comparación con los países con baja intensidad de PT", apunta el organismo.
Las tres razones por las cuales las PT son necesarias
para reducir el paro juvenil son las
siguientes: reducen la
dependencia en las medidas de confinamiento estrictas; promueven la
confianza de los ciudadanos y, en consecuencia, estimulan el consumo y apoyan el
empleo; y contribuyen a minimizar la interrupción de las actividades en el
lugar de trabajo. Además, las PT pueden por sí mismas crear nuevos
empleos, si bien temporales, que podrían estar dirigidos a los jóvenes y a
otros grupos prioritarios.